BOLETÍN DE PRENSA
Quito, 13 de octubre de 2016
CS/29
El Procurador General del Estado, Diego García Carrión, presentó el documento fílmico "El Juego Sucio", ayer miércoles 12 de octubre de 2016, en el Museo Antropológico y Arte Contemporáneo (MAAC) en Guayaquil. El filme narra a través de una historia de ficción, en lenguaje coloquial y cotidiano, los hechos reales más relevantes de la posición de la defensa del Estado ecuatoriano y los argumentos y pruebas que esta ha presentado en la controversia que sostiene el Ecuador con la petrolera Chevron.
Al evento acudieron más de trecientas personas, entre ellas los ministros de Ambiente, Walter García, representando al Presidente de la República, Ec. Rafael Correa Delgado; y de Cultura, Raúl Vallejo; además de los actores y actrices Cinthia Copiano, Alex Cisneros, Paty Loor y Ana Lara, que fueron parte del elenco de la película; así como otras autoridades, invitados especiales y ciudadanía en general, que llegó hasta el MAAC por el interés que ha generado este filme.
Este producto forma parte de la estrategia de comunicación de la defensa del Estado, que incorpora y sigue el hilo conductor de la línea central de los principales argumentos y pruebas del Ecuador en el arbitraje internacional, entre los que se destacan que el Tribunal no tenía jurisdicción para iniciar el arbitraje, la demanda arbitral se presentó en el 2009, antes de que se dicte la sentencia de primera instancia en el juicio de Lago Agrio, en 2011; que la teoría del supuesto fraude no es más que eso, una teoría y que las pruebas periciales demuestran que el único lugar en el que se encontró el borrador de la sentencia fue en el disco duro del Juez Zambrano; que Chevron construyó su teoría del escritor fantasma con la declaración de un testigo que vive en Estados Unidos mantenido por la petrolera por contrato. El daño ambiental, además, está probado por los expertos contratados por la defensa del Estado.
Alrededor de estos puntos gira el mensaje que la película “El Juego Sucio” trasmite como reflejo de lo realmente probado en el arbitraje internacional ante la millonaria campaña de desprestigio contra el Ecuador montada por la petrolera para eludir su responsabilidad ante el innegable daño ambiental generada por la operación de Texaco, predecesora de Chevron, en la amazonía ecuatoriana.